sábado, marzo 24

EL AMOR TIENE SU LÓGICA PROPIA


__Mi amigo no ha regresado del campo de batalla, señor. Solicito permiso para salir a buscarlo.
__Permiso denegado replicó el oficial__. No quiero que arriesgue usted su vida por un hombre que probablemente ha muerto.
El soldado, haciendo caso omiso de la prohibición, salió, y una hora mas tarde regresó mortalmente herido, transportando el cadáver de su amigo.
El oficial estaba furioso: "¡ Ya le dije yo que había muerto! ¡Ahora he perdido a dos hombres! Dígame, ¿ merecía la pena salir allá para traer un cadáver?"
Y el soldado, moribundo, respondió: "¡Claro que si, señor! Cuando lo encontré, todavía estaba vivo y pudo decirme: Jack... estaba seguro de que vendrías."

ANTHONY DE MELLO, La oracion de la rana
(Sal Terrae, Santander, 1989, p. 201)



En la vida humana hay formas muy distintas de ver las cosas y los acontecimientos. Un poeta ve un bosque de una manera; un maderero de otra. Ambos piensan y razonan con rigor, siguiendo las lineas que les marca su propósito final y la perspectiva que adoptan. Esa linea tiene una peculiar coherencia, digamos una "lógica" especifica. El amor presenta una lógica especial, que no está sometida al cálculo, a la previsión de ventajas, al logro de eficacia. Por eso se dice que es "ciego", pero resulta clarividente para ciertas experiencias que se viven en las profundidades del espíritu. 

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