jueves, julio 5

SER AGRADECIDO A TIEMPO




Agradecer no se reduce a unas palabras de cortesía; implica la voluntad de crear con el donante una relación de generosidad parecida a la que él se adelantó a establecer. Dejar pasar ese momento y tener un recuerdo agradecido encierra cierto valor, pero resulta ineficaz, porque puede reducirse a un mero sentimiento interno.

Hoy con un año mas de vida quiero agradecer a todos y cada uno de los seres con quienes me he tropezado a lo largo de mi existencia..Gracias por todo lo que me han entregado, por todo lo que hemos compartido, por todo el afecto que me han dado, muy especialmente a Mi rubia princesa Betzemhel (estuviste cuando mas te necesitaba).

Si me ves triste

Si algún día me ves triste no me digas nada, solo quiéreme.
Si me encuentras en la soledad de la oscura noche, no me preguntes nada.
Solo acompáñame.
Si me miras y no te miro no pienses nada, compréndeme.
Si lo que necesitas es amor no tengas miedo, ámame.
Pero si alguna vez dejaras de quererme no me digas nada.
Recuérdame.




Hoy reconozco y deploro mi mezquindad. Es algo que suele suceder con los muertos: lamentar no haberles dicho a tiempo cuánto los amábamos y lo necesarios que eran para nosotros. Cuando alguien imprescindible se va de tu lado, vuelves los ojos a tu interior y no encuentras más que banalidad, porque los vivos, comparados con los muertos, resultamos insoportablemente banales. Pero un día adviertes que aquel que te ayudó a ser quien eres se ha ido de tu lado y, entonces, te dueles inútilmente de tu ingratitud. Tal vez las cosas no puedan ser de otra manera, pero resulta difícilmente tolerable. La imposibilidad de poder replantearte el pasado y rectificarlo, es una de las limitaciones más crueles de la condición humana. La vida sería más llevadera si dispusiéramos de una segunda oportunidad.