viernes, noviembre 9

JUSTICIA

LA HORMIGA Y EL GRANO DE TRIGO

Un grano de trigo se quedó solo en el campo después de la siega, esperando la lluvia para poder esconderse bajo el terrón. Una hormiga lo vio, se lo echó a la espalda y entre grandes fatigas se dirigió hacia el lejano hormiguero. Camina que te camina, el grano de trigo parecía cada vez mas pesado sobre la espalda cansada de la hormiga.
__¿Por qué no me dejas tranquilo? __dijo el grano de trigo.
La hormiga respondió:
__Si te dejo tranquilo no tendremos provisiones para el invierno. Somos tantas, nosotras las hormigas, que cada una debe llevar a la despensa el alimento que logre encontrar.
__Pero yo no estoy hecho para ser comido __siguió el grano de trigo__. Yo soy semilla llena de vida, y mi destino es el de hacer crecer una planta. Escúchame, hagamos un trato.
La hormiga, contenta de descansar un poco, dejó en el suelo la semilla y preguntó:
__¿Qué trato?
__Si tú me dejas aquí, en mi campo __dijo el grano de trigo__, renunciando a llevarme a tu casa, yo, dentro de un año, te daré cien granos de trigo iguales que yo.
La hormiga lo miró con aire de incredulidad.
__Sí, querida hormiga, puedes creer lo que te digo. Si hoy renuncias a mí, yo te daré cien granos como yo, te regalaré cien granos de trigo para tu nido.
La hormiga lo pensó:
__¡cien granos a cambio de uno solo...! ¡Es un milagro! ¿Y cómo harás? __preguntó al grano de trigo.
__Es un misterio __respondió el grano__. Es el misterio de la vida. Excava una pequeña fosa, entiérrame en ella y vuelve así que pase un año.
   Un año después volvió la hormiga. El grano de trigo había mantenido su promesa
LEONARDO DA VINCI, Fábulas y leyendas
(Círculo de Lectores, Nauta,
Barcelona, 1973, pp. 58-59)


SER JUSTO:
 Cada individuo necesita unas posibilidades determinadas para realizar su proyecto individual de vida. Y ser justo, entre otras cosas, es conceder a los demás las posibilidades necesarias para desarrollar totalmente su personalidad, concederles el tiempo necesario para madurar para que luego puedan entregarse plenamente a la vida.