LA HUELLA DEL LEÓN
Cuando diversos indicios señalan hacia una persona como culpable de una acción indigna, tendemos inmediatamente a sacar conclusiones definitivas sin tomar medidas. A menudo, vemos más tarde que había sido una confluencia fortuita de circunstancias y aprendemos a ser más cautos en el futuro.
Es caprichoso el azar...no te busqué ni me viniste a buscar..tu estabas donde no tenías que estar y yo pasé sin querer pasar...Tanto tiempo esperándote..que caprichoso el azar!!
Oí decir que un rey amaba mucho a las mujeres y no tenía otra mala costumbre salvo ésta; y estaba un día el rey encima de un sobrado muy alto, y miró abajo y vio una mujer muy hermosa, y le gustó mucho, y envió a requerirle su amor. Ella dijo que no lo podría hacer estando su marido en la ciudad. Y cuando el rey esto oyó, envió a su marido a la guerra. Y la mujer era muy casta y muy buena y muy sabia, y dijo:
__Señor, tú eres mi señor y yo soy tu sierva, y lo que quieras tú lo quiero yo, pero me iré a los baños a arreglar.
Y cuando volvió, le dio un libro de su marido en el que se hablaba de leyes y de juicios de reyes, de cómo castigaban a las mujeres que cometían adulterio, y dijo:
__Señor, lee en este libro hasta que me arregle.
Y el rey abrió el libro y encontró en el primer capítulo cómo debía prohibirse el adulterio, y se avergonzó mucho, y le pesó lo que quería hacer; y dejó el libro en el suelo y salió por la puerta de la habitación, y dejó los zapatos bajo el lecho en el que había estado sentado. Y en esto volvió el marido de la guerra, y cuando se instaló en su casa, sospechó que allí había dormido el rey con su mujer, y tuvo miedo y no se atrevió a decir nada por miedo al rey, y no se atrevió a entrar donde ella estaba.
Y duró esta situación mucho tiempo, y la mujer les contó a sus parientes que su marido la había abandonado y no sabía ella por qué razón; y ellos dijéronle al marido;
__¿Por qué no te acercas a tu mujer?
Y él dijo:
__Hallé los zapatos del rey en mi casa y tengo miedo; por eso no me atrevo a acercarme a ella
Y ellos dijeron:
__Vayamos al rey y le comentaremos un ejemplo de lo sucedido con esta mujer, pero no se lo explicaremos; y si fuere sabio, enseguida lo entenderá
Y entraron ante el rey y dijéronle:
__Señor, teníamos una tierra y se la dimos a este buen hombre para que la cultivase y la labrase y aprovechase sus frutos, y lo hizo así durante mucho tiempo; y la dejó una larga temporada sin trabajar.
Y el rey dijo:
__¿Y qué dices a esto?
Y el buen hombre contestó:
__Dicen la verdad. Que me dieron una tierra así como ellos dicen, y cuando fui un día por el campo, encontré huellas del león y me dio miedo de que me comería, y por eso dejé la tierra sin cultivar
Y dijo el rey:
__Es verdad que entró el león en ella, pero no te hizo nada que no tuviera que hacer, ni te hizo daño; por lo tanto vuelve a tu tierra y cultívala.
Y el buen hombre volvió a su mujer y le preguntó qué había sido eso, y ella le contó todo y le contó la verdad de lo que había sucedido con él, y él la creyó por las indicaciones que le había dicho el rey, y después confiaba en ella más que antes.
El libro de los engaños,
en Cuentos de la Edad Media
(Castalia, Madrid, 1989, pp. 115-116)
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