La primera condicion de las relaciones interpersonales es la generosidad, y ésta florece naturalmente en el darse, años luz superior al mero dar. El abrirse con actitud de disponibilidad es condición de toda verdadera amistad.
Salinas adivina esta ley del desarrollo humano en la experiencia amorosa, tal como se lee a continuación
Lo que nos queda palpita
en lo mismo que nos damos.
¡Darte, darte, darnos, darse!
No cerrar nunca las manos.
No se agotarán las dichas,
ni los besos, ni los años,
si no las cierras. ¿No sientes
la gran riqueza de dar?
La vida
nos la ganaremos siempre,
entregándome, entregándote.
PEDRO SALINAS, Razón de amor
(Alianza Editorial, Madrid, 1981, pp. 86-87
No hay comentarios:
Publicar un comentario